INTRODUCCIÓN HISTÓRICA El uso más dulce del vinagre...
La primera vez que vi echarle un chorro de vinagre a un cuenco lleno de fresas pensé: "Se han vuelto locos!!!!!". Aparte de los prejuicios que pude tener en esa época hacia el vinagre, la combinación dulce de azúcar con vinagre y fresas era algo que "chocaba" con lo que habitualmente estaba acostumbrada a hacer con ellas, es decir, echarles directamente azúcar, nata o comerlas tal cual. Espero que os guste esta "mini-receta" que se hace en cosa de 10 minutos más el tiempo que dejéis macerando la fruta. Mano de obra mínima, disfrute máximo!!!
¿QUÉ NECESITAMOS PARA ESTA RECETA? La infraestructura
Simple y llanamente, lo mínimo:
* Un bol para macerar las fresas.
* Un cuchillo y una cuchara.
* Film transparente. INGREDIENTES Los materiales de construcción
* 500 gramos de fresas o fresones.
* 2 cucharadas de vinagre de vino blanco, manzana o jerez.
* 6 cucharadas de azúcar blanquilla.
ELABORACIÓN Mano de obra
* Lavamos las fresas y las troceamos: da igual el tamaño que se elija, yo por ejemplo, las hago siempre pequeñitas para comerlas luego con una cucharita, pero todo depende del uso final que vayamos a hacer de ellas.
* En el bol de las fresas echamos dos cucharadas soperas del vinagre elegido. Yo siempre uso vinagre de vino blanco porque es más suave, pero no tiene nada que ver puesto que no aportará sabor alguno a la mezcla. Lo único que hace el vinagre, gracias al ácido que contiene, es sacar el zumo de la fresa hacia el bol, el cual al mezclarse con el azúcar genera un sirope dulzón con todo el sabor de la fresa muy rico.
* Finalmente añadimos el azúcar y revolvemos. Tapamos el bol con film transparente y lo metemos a la nevera. Lo del film transparente es opcional y es para que el olor de las fresas no quede en la nevera.
Os puede pasar que os paséis echando vinagre, pero todo se soluciona con más azúcar... Las fresas las dejamos durante 2 horas más o menos en la nevera o al aire (cuidado, si es verano, con la temperatura más alta macera más rápido y os pueden quedar las fresas como "uvas pasas" si os pasáis de tiempo). El resultado debería ser el siguiente tras 3 horas macerando:
Éste es el sirope que sueltan las fresas...
Espero que os guste y si lo hacéis ya me contáis por Twitter en @CocinaDummies. Hasta pronto!!!
NTRODUCCIÓN HISTÓRICA Cuando me reencarne, yo quiero ser "esta" lasaña...
Esto empezó como un desafío... y por un antojo. Me apetecía comer lasaña pero sin recurrir a estas congeladas que a saber qué llevarán en el relleno y dije, voy a documentarme tirando de blogs, Youtube, etc. y voy a ver qué es lo que necesito para hacer una lasaña casera, rica y que tenga al menos algo que ver con la receta original italiana...
Buscando y buscando llegué a la página web de un cocinero italiano, que para algo estuve yo un año estudiando italiano... jajaja para hacer una lasaña...., que me enseñó en 15 minutos a hacer esto que hoy os presento aquí, adaptado claro está, a los ingredientes de los que disponía hoy por casa y salvando las distancias porque obviamente "la mamma Wendy" no tiene dotes para hacer pasta fresca (aún) y he tirado de la famosa pasta "El Pavo"...
Espero que os guste y que no os asuste, que también puede pasar porque se tarda largo y tendido, dado que hay que hacer una salsa boloñesa, una bechamel y luego montar y hornear la lasaña. Finalmente, os dejo con otro de mis vídeos, esta vez de la cata de la lasaña en la que no me corto un pelito en alabar el sabor, textura y aspecto de mi lasaña...
¿QUÉ NECESITAMOS PARA ESTA RECETA? La infraestructura
Hoy necesitamos el despliegue de unos informativos de Tele5 como poco:
* Un horno o microondas con grill.
* Vitrocerámica.
* Dos sartenes.
* Un cazo pequeño.
* Una olla mediana.
* Una varilla.
* Un rallador o mandolina.
* Espátula y cuchara de madera.
* Cuchillo, puntilla y pelador de verduras.
* Un bol mediano.
* Un trapo de algodón.
* Un fu-fú... es decir, traducido de mi idioma al español, un atomizador.
Si, bueno y ya, puestos, alguien que os abanique de fondo porque esto lleva curro de duro y parejo.
Ah, se me olvidaba, además necesitamos una fuente para hornear, bien de cristal o metálica y en su defecto estos moldes de aluminio especiales para horno...
Y que quede claro que es para horno... de ahí, el "perfect for the oven"...
INGREDIENTES Los materiales de construcción
Dividamos estos ingredientes en los 3 pasos que vamos a seguir:
Para la salsa boloñesa:
* Cebolla picada y congelada, o, si os gusta llorar de la otra que pica.
* 400 gr de carne picada mixta (ternera-cerdo).
* 1 zanahoria grande o 2 pequeñas-medianas.
* 1 bote grande de tomate frito (300 gr. aprox.).
* Dos dientes de ajo.
* Sal, pimienta negra y albahaca al gusto.
* Medio vaso de vino tinto.
Para la salsa bechamel:
* Medio litro de leche.
* 40 gramos de harina de trigo (tamizada, si no queréis saber lo que son grumos de los buenos).
* 50 gramos de mantequilla.
* Una pizca de sal.
* Una puntita de cucharita de café de nuez moscada (precisión milimétrica).
Y entre otras cosas, necesitamos paciencia, tesón y muuuuucho amor para que esto salga bien a la primera.
Para el montaje de la lasaña:
* Placas de pasta "El pavo", ahora comento el por qué de la marca.
* Queso rallado emmental.
* Una puntita de queso Grana Padano.
El pavo...blublublublú
NoTaS MeNTaLeS:
El motivo de elegir la pasta de esta marca no es otra sino que es la única del mercado que conozco que son placas previamente cocidas, por lo que solo necesitamos humedecerlas en agua tibia un ratito para que estén listas... nos evitamos el trauma de que se peguen, se rompan al cocerlas o sean poco manejables... aparte, que son mucho más rápidas para usarlas.
ELABORACIÓN Mano de obra
Empezamos preparando la salsa boloñesa:
* Pelamos la zanahoria con un pelador de verduras o la puntilla y la rallamos con ayuda del rallador por la zona de los agujeritos más grandes.
* Ponemos en una sartén un chorro de aceite de oliva equivalente a 4 cucharas soperas, dejamos que coja temperatura y añadimos la zanahoria y la cebolla picada (aproximadamente el doble de cantidad de cebolla que de zanahoria). En la receta original italiana, también lleva apio pero como yo no tenía apio por casa lo dejé tal cual. Pochamos la verdura junto con un poco de sal durante unos 15 minutitos a fuego muy bajo para que quede hecha y no se reseque.
* Por otro lado, trituramos dos dientes de ajo a los que previamente le hemos retirado el germen (la parte central que hace que se repitan y causa mal aliento, etc. etc.... huelga más explicación, no?) y los ponemos en otra sartén con un poquito de aceite para freírlos sin que lleguen a tostarse mucho.
¿Os acordáis de este aparatito?
Ideal para que no nos huelan los dedos luego a ajo...
* Añadimos la carne picada a la verdura junto con el ajo triturado y frito y lo incorporamos con cuidado. Llegados a este punto señalar que una de las sartenes tiene que ser muy grande... con grande no bastaba... yo aún así seguí adelante con la que tenía.
* Tras un rato revolviendo todo debería tener el siguiente aspecto:
* Ahora añadimos el medio vaso de vino tinto y dejamos que se evapore el alcohol.
Echamos vino para que quede la carne más tierna
a la par que la salsa más líquida para que luego la
lasaña no quede seca... todo tiene truco
* Seguidamente añadimos la salsa de tomate frito y una pizca de albahaca y dejamos cocinar durante 15 minutos a fuego muy bajito. Corregimos de sal y azúcar si fuera necesario. Lo del azúcar no es necesario si no se nota que la salsa de tomate ha acidificado durante la cocción.
* Dejamos reposando para que se enfríe o se ponga al menos a temperatura ambiente para cuando montemos la lasaña.
Pasamos ahora a la elaboración de la salsa bechamel, también conocida cariñosamente como la salsa que más grumos tuvo, ha tenido y tendrá de la historia de la cocina. Os voy a dar unos trucos para que quede con un sabor rico (nada de harinoso), con la textura y consistencia adecuada para la lasaña y sin grumos... vamos, si seguís los pasos que os indico, saldrá una salsa riquísima.
* Calentamos el medio litro de leche en un cazo hasta que hierva y reservamos a esa temperatura para cuando lo necesitemos. Es necesario hacer esto previamente para que luego, no nos estresemos. Yo aviso, que luego la bechamel se pone en plan chungo y a ver quién la controla!!!!
* Derretimos la mantequilla en otra cacerola a fuego bajo y cuando ya esté líquida añadimos la harina previamente tamizada.
En este plano se ve más harina de la que eché
al final, aprox. 40 gramos (equivale a 4 cucharadas
soperas más o menos)
* Revolvemos con la cuchara, notaréis que eso espesa, pero con la temperatura se quedará como una masilla manejable. Si os quedan bolas de billar, uuuu, mal... tirar y empezar de nuevo. Hay que conseguir algo que medio se le parezca lo de la siguiente foto...
* El truco para que la bechamel no quede con sabor a harina es cocinarla a fuego lento y dejar un buen ratito (unos minutos) tostándose con la mantequilla para que coja color pero no se nos queme. Amarillito sí, marrón.... mal mal... tirar y empezar de nuevo.
* Y cuando ya está la harina como hemos visto, añadimos la leche hirviendo y removemos con la varilla sin parar. Estaremos así como unos 5 - 7 minutos más o menos. Pueden formarse grumos, pero es prácticamente improbable si lo hacéis como os digo.
* Llegados a este punto la salsa bechamel ha debido espesar pero no excesivamente. Añadimos la nuez moscada rallada y un poco de sal. Seguimos removiendo y retiramos del fuego. Reservamos para luego montar la lasaña y removemos de vez en cuando para que no se nos forme una costra.
Y finalmente, vamos al montaje de la lasaña:
* En un bol ponemos agua caliente, no hace falta que esté hirviendo (puesto que vamos a meter los dedos dentro en breve) pero no debe estar tibia. Sumergimos las placas de la lasaña dentro durante 10 minutos aproximadamente. Deben estar blandas y manipulables al sacarlas, ni muy duras ni muy "blandunguis". Cuando lo hagáis me entenderéis...
* A continuación preparamos un paño de algodón y lo humedecemos ligeramente. Para ello, yo he usado un fluflú que andaba pululando por la cocina y que creo que mi casera lo debía usar para el vinagre. Para el caso, rociamos el trapo con el atomizador con agua. Una vez transcurrido el tiempo de "inmersión" de las placas de pasta, las sacamos y secamos con el paño. Secar en el sentido estricto de la palabra, las situamos sobre el trapo y les ponemos el trapo encima y hacemos presión. ¿Capicci?
Escurrimos las plaquitas
Las colocamos sobre el trapo, doblamos y
hacemos presión para que suelten el
exceso de humedad
* Cubrimos el fondo de los moldes con la bechamel y situamos una capa de pasta. Como os daréis cuenta, la pasta no cubre la totalidad del molde, así que no nos queda otra que el "corta-y-pega".
La bechamel tras el reposo ha cogido más consistencia
lo cual es ideal para usarla de base y topping
* Ahora cubrimos con la boloñesa, capa de pasta, capa de boloñesa, hasta que nos quede poco espacio vertical...
* Finalmente, recubrimos con bechamel otra vez y rallamos el queso cubriendo toda la superficie.
* Y así obtuve dos lasañitas, que pensé que iban a ser "poco" para dos personas y resulta que esto alimenta a 14 si me descuido. Ahí os dejo las fotos antes de hornear y luego, tras 8 minutos a 170º en el horno y luego 8 minutos más con el grill para dorarlas por arriba.
Y por si alguien se atreve a hacer la receta, simplemente deciros algo acerca de los "pros" en el siguiente vídeo...
Y los "contras"... la foto habla sola, no hacía falta más vídeos.
Comentarios en @CoCiNaDuMMieS en Twitter... nos vemos pajaritos!!!!
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Podrán ser judías, pero como si fueran católicas...
Aquí os dejo otro acompañamiento de verduritas para una chuletita o lo que se tercie siguiendo la saga de "cómo camuflar mis verduritas"... espero que os guste: es rápido, económico, sabroso y resultón.
¿QUÉ NECESITAMOS PARA ESTA RECETA? La infraestructura
Lo de siempre, básicamente:
* Tabla de cortar, o en su defecto, vuestra gran amiga la encimera.
* Sartén.
* Espátula de madera (para no rayar la sartén).
* Vitro o equivalente.
INGREDIENTES Los materiales de construcción
* Un bote de judías verdes (o como quiera que las llaméis: vainas, judías planas,...).
* Dos dientes de ajo.
* Un trocito de chorizo de sarta dulce o picante (a gusto del cliente).
* Un chorrito de aceite de oliva (equivalente a una cucharada sopera).
* Una pizca de sal (a gusto).
ELABORACIÓN Mano de obra
* Primero pelamos y picamos finamente el ajo. Lo recomendable es aplastarlos con el cuchillo haciendo presión y al partirlos para trocearlos extraer el germen, es decir, la parte central. ¿Para qué andarnos con estas complicaciones? Bueno, más que nada porque el germen es lo que hace que el coleguita del ajo se repita una y otra vez (con lo desagradable que eso es).
* Troceamos el chorizo de sarta en trocitos pequeños, siempre y cuando sea posible.
* Escurrimos las judías y si hiciera falta (yo por ejemplo, no lo hago) las lavamos con agua del grifo.
* Colocamos la cucharada sopera de aceite en la sartén con los ajos y a fuego suave los doramos. Cuando estén empezando a dorarse, subimos un poco el fuego y añadimos el chorizo y dejamos que suelte algo de su grasilla.
* Una vez que el aceite tiene color rojito añadimos las judías con cuidado ya que puede salpicar al añadir algo del agua de las judías sobre el aceite. Rehogamos todo juntito, rectificamos de sal y listo.
Más rápido no se puede: de la sartén al tupper o al plato. A mí con un bote de los grandes me sale para dos veces, una para la cena y otra para el almuerzo. Esta vez lo he acompañado con una chuleta sajonia... pero vale cualquier tipo de carne: pollo, ternera, etc, etc... Espero que os guste si os animáis a hacerlo porque esta verdurita sabe muy rica... ahhhhh profanos del mundo vegetal!!!!!